Podemos
mencionar los principales beneficios que entregan a las edificaciones, como a
sus habitantes:
1. Atrapan el polvo y smog: Absorben
naturalmente estos contaminantes.
2. Aíslan el ruido: Pueden disminuir hasta
40 decibeles del sonido de proveniente de la calle hacia el interior.
3. Regulan la temperatura: Se produce
gracias al efecto de convección física que se hace sobre el espacio del jardín
vertical. De esta forma, ayuda a reducir gastos de climatización.
4. Mejoran la calidad de vida: Capturan
dióxido de carbono y otras partículas suspendidas en el aire y proveen oxígeno
limpio. Además, funcionan como fuente de relajación y liberación del estrés.
5. Repelen insectos: No permite la
proliferación de insectos y bacterias.
6. Aumentan la plusvalía: Las
construcciones con esta tecnología son mejor valoradas
Podemos
clasificar estos tipos de fachada verde, según la utilización de plantas que se
desee utilizar.
Plantas
trepadoras
En
este tipo de fachadas las plantas crecen desde el suelo utilizando una
superficie vertical para apoyarse. Pueden hacerlo directamente en la pared, o
mediante un sistema de doble piel que se basa en que las plantas utilizan como
superficie vertical un enrejado de acero galvanizado o cables.
Plantas en contenedores, jardineras y macetas
Este
tipo de fachadas consiste en rodear el edificio de macetas, jardineras o
contenedores, que se pueden colocar directamente en el suelo o construir in
situ formando parte de la fachada del edificio.
Muros
vivos
Es
un sistema en el que la fachada del edificio incorpora un medio de crecimiento
para las plantas, pudiendo mencionar principalmente la utilización de los
sistemas modulares (paneles plásticos o metálicos)
También podemos mencionar el sistema que va a contener toda la estructura de la planta que se utilizara:
El elemento contenedor de la fachada
vegetal
Su función consiste en servir de
soporte de la vegetación. Para ello albergan el sustrato y las plantas y se
adosa con diferentes métodos al muro soporte. Pueden estar fabricados con
materiales plásticos o metálicos, y pueden estar formados por módulos que
faciliten la adaptación a la fachada.
El elemento contenedor debe garantizar
que el sustrato se mantiene en posición vertical, por lo que es común cubrirlo
con un fieltro u otro material similar, que fija el sustrato y que después se
perfora para plantar las semillas y para que las plantas crezcan a su través.
Otra opción consiste en dejar crecer la planta con el elemento contenedor en
horizontal. De esta manera, cuando la planta está arraigada, se dispone en
vertical.
El sustrato de la fachada vegetal
El sustrato es la tierra sobre la que
se fijan las raíces y que aporta nutrientes a la vegetación que compone la
fachada. Lo ideal es que el sustrato tenga el espesor mínimo. No obstante debe
ser suficiente para el crecimiento adecuado de la vegetación.
El sistema de riego más adecuado para
una fachada vegetal
El aporte de agua se realiza
generalmente de manera artificial mediante el sistema de riego por goteo. Para
ello se dejan caer gotas que discurren desde la parte más alta de la fachada.
El sobrante se recoge en la parte inferior mediante un canal. Por otro lado se
puede hacer re-circular el agua recogida para el riego.
El muro soporte de la fachada vegetal
Sirve de soporte a la fachada vegetal
y puede existir una cámara entre el elemento contenedor y éste.
Vídeo: Sistemas de envolventes vegetales para cubiertas y fachadas
(Vídeo producido por el Gabinete de Tele-Educación de la Universidad Politécnica de Madrid)
Fuente:
CANALES Michel Ignacio. Efectos del
uso de techos y fachadas vegetales en el comportamiento térmico de edificios. Memoria para optar al
título de Ingeniero civil. Santiago, Chile. Universidad de Chile. 2014. 95 p.
Estándares de Construcción sustentable
para viviendas de Chile. Santiago, Chile. Volumen I. (1). Febrero-2018






